El tiempo en Pueblo Paleta avanzaba como de costumbre. La llegada de Nova, el nieto adoptivo del Profesor Oak, sorprendió a muchos, pero rápidamente lo acogieron con los brazos abiertos.
—¡Es precioso, Profesor Oak! —exclamó Delia, una joven del pueblo que había oído hablar del nuevo nieto de Oak—. ¿Cómo se llama?
—Se llama Nova. Es muy tranquilo para su edad —respondió Oak.
Nova asintió, aceptando el cumplido. Delia dejó escapar un suspiro de ternura; sus ojos brillaban con corazones imaginarios antes de lanzarse sobre el niño.
—¡Pero qué monada! —dijo, apretando suavemente las mejillas del pequeño.
Nova parpadeó un par de veces, sin saber cómo reaccionar ante el repentino ataque de cariño. Tras unos segundos de duda, simplemente suspiró y se dejó estar.
Oak no pudo evitar reírse ante la escena.
—¿Y qué tal está Norman? —preguntó el profesor, con curiosidad.
Delia dejó de jugar con las mejillas de Nova y se giró hacia Oak con una pequeña sonrisa.
—Está bien, aunque sigue ansioso por su próxima expedición contigo. Aún está obsesionado con aquel Pokémon que vio en su juventud.
Oak suspiró. Sabía que la obsesión de Norman por aquella criatura era casi enfermiza, pero era algo que no podía evitarse.
—Dile que organizaré otra expedición dentro de un tiempo, pero que no se alarme. Debo planificarlo bien.
Delia asintió, suspirando aliviada al saber que aún faltaba tiempo para la expedición.
Nova, atento a la conversación, se quedó pensativo al escuchar el nombre de Norman.
"Interesante..." —pensó—. "...pero a la vez confuso."
El tiempo siguió pasando en Pueblo Paleta. Nova tenía ahora dos años y cinco meses. En ese preciso instante, el nieto biológico del Profesor Oak, Gary, había nacido. La noticia emocionó tanto a Oak como a Nova, quienes observaban con ternura al recién nacido, dormido pacíficamente en su cuna.
—Abuelo, ¿Gary será mi hermanito o mi primo? —preguntó Nova, con los ojos brillando de emoción.
—Como tú prefieras —respondió Oak con una sonrisa—. Lo importante es que le des el amor y el cariño que necesita.
Nova asintió con una pequeña sonrisa.
Pocos días después, Delia y Norman dieron la bienvenida a su hijo, Ash Ketchum. A petición de ambos, el Profesor Oak y Nova fueron invitados al hospital para conocer al bebé, invitación que aceptaron sin dudar.
Al ver a Ash por primera vez, Nova lo miró de arriba a abajo, con curiosidad... y, sorprendentemente, con cierto orgullo.
Desde la cama del hospital, Delia, aún cansada por el parto, le hizo un gesto a Nova.
—Ven, Nova, por favor.
Sin rechistar, Nova se acercó y se puso a su lado para escucharla mejor.
—Eres un niño muy responsable, y ahora tienes un hermanito al que cuidar —dijo Delia, refiriéndose a Gary—. ¿Te importaría cuidar de otro? Sé que Ash saldrá a su padre, lo que significa que se meterá en muchos problemas... y le costará salir de ellos solo. Así que te pido que lo cuides y lo guíes lo mejor que puedas.
La mano debilitada de Delia acarició la mejilla de Nova. Este, sorprendido, se quedó en silencio unos segundos.
—¿Podrías hacerlo, Nova?
El niño se recompuso rápidamente y asintió con firmeza, lo que hizo que Delia sonriera con ternura.
—Muchas gracias... —susurró antes de quedarse dormida.
Su mano, que aún reposaba en la mejilla de Nova, cayó suavemente sobre la cama, haciendo un leve sonido.
El Profesor Oak se acercó a Nova y le puso una mano en el hombro.
—Vámonos —murmuró en voz baja antes de salir de la habitación.
Nova lo siguió, pero antes de cruzar la puerta, miró una última vez a Delia, dormida.
Apenas salieron, un hombre de cabello despeinado pasó rápidamente por su lado, inclinando levemente la cabeza en señal de saludo a Oak antes de entrar a la habitación. Nova no logró ver bien su rostro, lo que le hizo fruncir el ceño.
"Ya tendré otra oportunidad..." —pensó, intrigado por conocer el rostro del padre de Ash.
Cuatro meses después...
El Profesor Oak había terminado de planificar su próxima expedición. Para mala suerte de Nova, durante todo ese tiempo nunca había logrado ver bien el rostro de Norman, lo que le frustraba un poco. Pero ahora tenía otras preocupaciones...
—¡Quieto, Ash! ¡No muerdas ese cable!
Nova se lanzó rápidamente, atrapando a Ash antes de que mordiera el cable del televisor en la casa de Oak.
"Uff, por los pelos..." —pensó, mientras colocaba a Ash en el suelo.
El pequeño no tardó en gatear de nuevo, buscando otra travesura que hacer.
—Qué energético es... —suspiró Nova, sintiendo el agotamiento de cuidar a sus dos nuevos hermanitos.
Desvió la mirada hacia Gary, quien dormía plácidamente en el suelo con el pulgar en la boca, usándolo como chupete.
"Menos mal que Gary es más tranquilo..." —pensó.
—Ser hermano mayor es difícil...
Mientras tanto, en otro lugar...
El Profesor Oak y Norman llegaron a su destino: La isla Prima. Sin prisa, se adentraron lentamente en las profundidades de la caverna, listos para encontrar lo que tanto ansiaban