—Persona Hablando—.
"Persona Pensando".
«Hablando por un círculo de comunicación».
( Ataque Mágico ).
[ Sacred Gear Hablando ].
|Recuerdos|.
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Se sentía cansada. Ya no podía más. Sus párpados querían cerrarse y nunca más abrirse. Su cuerpo le pedía a gritos que se detuviera y se rindiera. Ella no podía rendirse.
Se apoyó con su naginata. Intentando no derrumbarse en el suelo y ceder ante el dolor. Su cabello blanco plateado se movía estaba empadado con sangre de color negra y roja. Sus ojos dorados observaban al hombre al lado suyo quien estaba en peores condiciones que las suyas.
El hombre es alto y guapo que parece ser del norte de Europa y tiene poco más de veinte años. Tiene cabello blanco dorado, ojos dorados y barba. Vestía una armadura casi destruida. Le faltaba el brazo izquierdo y llevaba una lanza legendaria en su brazo izquierdo. Gungnir.
Este hombre es Vidar. El actual rey de Asgard. El Dios padre de todo tenía una mirada desesperada y sin ninguna pizca de esperanza en sus ojos.
Ella no podía culparlo por no mostrar una pizca de esperanza. Ella misma la había perdido desde hace tiempo desde que sus padres dieron la vida contra su enemigo. Lentamente miró hacia otro lado. Miles y cientos si no todos los asgardianos y Valquirias estaban en el lugar. Algunos temblando y otros llorando. Muy pocos se mantenían firmes con una mirada feroz y llena de esperanza.
—ROOOOAAARRRRRR.....
Siete poderosos rugidos se escucharon. Bajo la cabeza y cerré los ojos. La imagen de un hombre de cabello plateado como los de ella y una mujer de cabello de negro. Ambos con una alegre sonrisa.
"Otuo-sama, Ka-sama". Pensó la mujer alzando la mirada de nuevo. Sus ojos ya no mostraban la pérdida o el miedo. Mostraban la esperanza de ganar contra su enemigo. Respiro hondo. Lo hizo un par de veces más y se detuvo después. Dio dos pasos hacia delante, Gruñó al sentir la cojera de su pierna izquierda. Ahora dio cuatro pasos, se tambaleo un poco pero se mantuvo firme. Comenzó a caminar lento y con seguridad, haciéndose camino entre la multitud de guerreros. Era hora de demostrar que ella era digna de ser hija de ellos. Ahora era el momento de elegir cómo morir. ¿Moriría como un cobarde? No. Claro que no haría tal cosa. ¿Morirá con honor y con la cabeza en alto? Si. Así lo hicieron sus padres.
—¡Tomoe!.
La mujer ignoró la voz de Vidar y siguió con su camino. Varios guerreros y valquirias hicieron lo mismo.
Levantó su espalda en posición recta y firme. Con la cabeza en alto. Sus ojos de color violeta pasaron a ser dorados como el sol. El calor aumento en el lugar rápidamente ante su poderosa presencia en aumento. En el filo de su nagitana, se manifestó el fuego negro. Uno tan ardiente que incluso. Las deidad sobrevivientes que también la seguían. Se alejaron un poco por el calor.
Los demás guerreros que dudaban. Alzaron sus vistas y dejaron de sollozar. Al ver como muchos comenzaron con su camino hacia la última pelea de sus vidas.
—¡Maldita sea!—Gritó un asgardiano llamando la atención de los demás. El hombre agarró una daga. Todos podían ver que temblaba de miedo. El hombre apretó su mandíbula haciendo que los chasquidos de sus dientes resonaran.
Rash.
Muchos jadearon al ver como el guerrero se hacía un corte en su pierna. El hombre apretó más su mandíbula, alzó su vista mostrando ojos en fuego de esperanza. De un salto se levantó y agarró sus armas y avanzó hacia la batalla de su vida.
—Si tengo que morir. Lo haré como todo un asgardiano.
Todos los que aún no se movían. Le vieron alejarse hacia lo que ellos llaman el verdadero ragnarok. Poco a poco. Uno por uno. Más y más guerreros y valquirias se fueron uniendo.
Vidar los vio en silencio. Sin saber qué hacer. No se estaban enfrentando a un enemigo cualquiera. No. Ellos se estaban enfrentando al que trajo el fin a todo el mundo sobrenatural.
Trihexa.
No hace menos de cuatro días. La Bestia fue liberada por la Brigada del Khaos. La Bestia no perdió el tiempo y arrasó con Inframundo y el Cielo. Luego fue Olimpo y sus Dioses. El monte Meru. Takamagahara. La Facción china. La Facción Yokai. La Facción mesopotámica. Todas las facciones comenzaron a caer uno por uno.
|Quedas al mando Vidar|. Vidar apretó sus dientes ante el recuerdo de su padre antes de ir a la pelea junto con los últimos Dioses, Diablos, Ángeles y Ángeles Caídos. Todo tipo de razas se unieron en una coalición para tratar con la gran amenaza. Incluso Gran Rojo y Ophis se unieron.
|Vidar-sama.... Todos perecieron ante el Trihexa|. Las palabras de Göndul resonaron en su mente nuevamente.
El ragnarok, el Apocalipsis, el armagedón o como deseen llamarlo. Había llegado al clímax con la caída de los más fuerte.
|Te encargo a tomoe Vidar|. Recordó a un hombre de cabello plateado y ojos amarillos junto con una armadura e cuerpo completo plateada como la luna. Ese hombre le confió el bienestar de su hija pero esta misma ahora marchaba en contra de la Bestia del fin.
Los cuernos de guerra sonaron fuerte mientras los siete Reinos de Asgard temblaban dando a entender que pronto llegaría su enemigo.
Los rugidos de los guerreros y valquirias también se hicieron presentes. Todos decían que eran el panteón más fuerte por sobrevivir más tiempo.
"No somos el panteón más fuerte". Pensó Vidar sabiendo la cruda realidad del porqué aún no habían caído.
Fue la suerte o incluso el destino lo que les ayudó a sobrevivir. Sabía que Trihexa no los acabó fue por su simple capricho o no los vio como una amenaza al Thor, Odin, Loki, Frejya y los demás Dioses cuando cayeron en sus manos junto con Rojo y Ophis.
Entrecerró sus ojos al ver como una gigantesca neblina oscura se acercaba poco a poco. La neblina oscura media por los menos más de 100 metros de altura. Apretó los dientes con frustración y se dio media vuelta encarando a Heimdall.
—Heimdall. ¡Abre el Maldito puente!—Ordenó Vidar con una mirada seria y desesperada.
—Mi señor... El puente ya está abierto.
Los ojos de Vidar se agrandaron ante esa noticia. Miró el puente. Tembló con rabia y más desesperación. Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Dejó caer a Gungnir en el suelo. Segundos después él cayó de rodillas por la impotencia que sentía.
Heimdall se acercó a su nuevo padre de todo y se arrodilló junto a él. Le puso su mano derecha en el hombro en señal de apoyo. Él también se sentía impotente. Miró hacia el puente y lo único que vio fue el blanco vació infinito. Él sabía lo que significaba eso. El Trihexa había destruido toda la creación. Sólo quedaban ellos.
—¡Maldición! , ¡Maldición!, ¡MALDICIÓN!—Rugio Vidar golpeando el suelo con su único puño. El primer golpe ocasionó un cráter. Los demás solo hicieron que el cráter aumentará de tamaño.
—ROOOOAAAAARRRRRR.
Lentamente. Ambos Dioses giraron sus cabezas hacia la neblina oscura donde una gigantesca silueta avanzaba.
—Ya llegó.....
Heimdall asintió sintiendo más impotencia. Bajo la cabeza, sabiendo que ellos no tenían una oportunidad en contra de esa cosa.
"Si Naruto-dono no pudo detener a esta bestia... ¿Que oportunidad tenemos nosotros?" Pensó Heimdall recordando al Arcángel Primogénito que se decía que podía luchar contra cualquier miembro del top 10 de los más fuertes del mundo. Pero incluso él también murió.
Ambos observaron como de la niebla oscura emergía una gran bestia con características provenientes de diferentes animales como un león, un leopardo, un oso, un dragón, etc. Tiene siete cuellos, siete cabezas, con diez cuernos, así como siete colas largas y gruesas de diferentes formas. También tiene cuatro brazos robustos y dos piernas que son incluso más gruesas que sus brazos. Su cuerpo principal es el de un primate inclinado hacia adelante y está cubierto de pelaje negro y lo que parecen ser escamas por todo su cuerpo. Su tamaño supera con creces varios cientos de metros, lo que lo hace significativamente más grande incluso que el Gran Rojo.
El Trihexa se mostró en todo su esplendor mientras soltaba un rugido bestia y que sacudió lo que queda de toda la creación.
—¡Esta es la batalla final!—Rugio Tomoe alzando su nagitana que estaba prendida en fuego negro—. Luchemos por ganar. Por un nuevo mañana. Por nuestros amantes, hijos, hermanos, amigos y padres. Luchemos por toda la creación.
Todos los asgardianos rugieron de acuerdo y los cuernos de guerra comenzaron a sonar nuevamente. Miles y miles de círculos mágicos con escrituras nórdicas fueron convocados por las valquirias. Los einherjer alzaron sus armas y en anticipación.
—Mi señor—Heimdall Llamó a Vidar quien le vio—. Su gente necesita a su padre de todo en el ragnarok.
Vidar miró hacia el Trihexa quien se acercaba. Su mirada se endureció y recogió Gungnir. Aquella lanza que algún día usó su padre. Levantó ya sin ningún miedo en sus ojos.
—Vamos Heimdall. La batalla final nos aguarda—Dijo Vidar caminando hacia al frente de todos con una mirada seria. Heimdall sonrió y lo siguió también empuñando su espada con fuerza.
"Otou-sama, Oka-sama. Pronto me uniré a ustedes" Pensó Tomoe sabiendo que no podían ganar pero al menos podían intentarlo.
El Rugido del fin nuevamente se escuchó y los cielos lloraron por el fin de la creación.
—¡ATAQUENNNN!—Rugio Vidar cargando hacia Trihexa.
Tomoe salto en el aire y de su espalda se manifestaron un par de alas hechas de oscuridad. Todos los guerreros y valquirias siguieron a ambos en la batalla final.
—¡AAAAHHHHHH!—Rugio Tomoe bajando su naginata hacia una de las cabezas de Trihexa. El primer golpe fue, por parte de la creación.
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Un joven de veintitantos años caminaba tranquilamente por la un restaurante, tiene cabello largo y plateado, ojos azules y una complexión delgada y musculosa. Viste una camisa blanca con botones, con una corbata negra, así como jeans oscuros, zapatillas negras y un abrigo negro. En sus manos usa un par de guantes de cuero negros.
El joven ponía un par de menús en en las mesas mientras silbaba una melodía alegremente.
—Me recompensará con ramen—Cantaba el joven felizmente mientras seguía poniendo los menús. El joven giró y colocó el último de los menús en su lugar y sonrió—. Ahora vamos por ese Ramen—Murmuró el joven con una pequeña sonrisa.
«Hermanooo». Habló una voz desde un círculo mágico apareciendo en la oreja derecha del joven.
—¡Pero qué mierda!—Exclamó el joven dando un pequeño salto por el susto de la repentina voz.
«¿Qué mierda deseas Azazel?». Gruñó al joven molesto al reconocer quien le habló.
«Vamos Helel-kun. ¿Así tratas a tu querida hermana y antigua Amante?». Hablo Azazel con voz dolida que claramente era fingida.
«Prometistes que no mencionara eso de que éramos amantes». Susurro el joven llamado Helel quien parecía más que molesto. «Y ya no respondo al nombre de Helel. Ahora mi nombre es Naruto».
«Como sea cariño». Dijo Azazel con desinterés ante el arrebato de su ex amante «De todas formas querido necesito un favor tuyo».
«No tendremos sexo». Dijo Naruto inexpresivamente.
«¡Oye!. ¿Tan bajo piensas de mí?». Pregunto Azazel claramente ofendida.
«Ve al grano puta». Dijo Naruto notablemente irritado.
«Bueno, bueno. Pero no te enojes con esta sexy y humilde caída».
Naruto se palmeó el rostro ante lo despreocupada que era su hermana menor ante las cosas.
«Bueno ya. Hablemos de negocios y de cuanto te mide ahora». Hablo Azazel Pervertidamente.
«Sabes que. ¡Vete a la mierda mujer!». Gruñó Naruto e intentó cortar el círculo de comunicación.
«Espera querido. Ya me tomaré esto en serio». Grito Azazel rápidamente.
«Entonces habla». Gruñó Naruto molesto.
«Necesito que vigiles a un chico el cual sospecho que tiene una Longinus. Más específico posee al dragón Galés».
«¿No puedes enviar algún subordinado tuyo?».
«Es eso o me golpeas el útero hasta que me des otro hijo tan hermoso como Kanae». Dijo Azazel con clara emoción en su voz «¿Sabes que? Mejor hagamos eso. La raza de los ángeles caídos está muy baja de población en estos días y yo como su líder debo aumentar esa población con mi único y verdadero esposo».
«¿Dime dónde encontrar al niño?». Pregunto Naruto inexpresivamente aunque sonrió un poco al escuchar el nombre de su hija Kanae.
«Tsk. No eres divertido cariño». Bufo Azazel «Puedes encontrarlo en la ciudad de Kuoh. Actualmente está estudiando en la academia Kuoh en segundo año. Si puedes, también vigila a un par de caídos que mandé para que vigilen al chico, tengo el presentimiento que son pícaros».
«Bien. Te enviaré un informe cuando despierte su Sacred Gear». Dijo Naruto listo para cortar el círculo de comunicación pero la voz de Azazel lo detuvo.
«Oye um...».
«¿Si? ¿Hay algo más que me tengas que decir?».
«Si..... Solo quería recordarte que te amo». Dijo Azazel cortando el círculo de comunicación.
Naruto sonrió un poco ante las palabras de Azazel. Aunque siempre lo negara. Él también la amaba.....
—Naruto-kun.
Naruto parpadeó un par de veces ante la voz que lo llamó y se giró hacia la puerta de la cocina.
En la puerta de la cocina estaba una chica delgada, con un cabello largo de color castaño y unos ojos de color negro. Además, su tono de piel es blanca. Ella lleva un vestido blanco con las mangas dobladas, una especie de delantal azul oscuro con cintas en forma de lazo en la parte superior y un pañuelo blanco en su cabeza.
—Ayame-chan.
La adolescente miró a Naruto con un pequeño sonrojo al igual que una pequeña sonrisa. Ella lo conoce desde que era pequeña gracias a que su padre le dio trabajo en ichirakus ramen. Siempre lo vio como un hermano mayor pero ahora que es una adolescente hormonal lo ve de otra manera más... Sexual....
—Papa dice que el Ramen ya está listo.
Los labios de Naruto se curvaron en una gran sonrisa mientras ponía sus manos atrás de la cabeza y caminaba hacia la cosa.
—Ya es hora. Tengo mucha hambre ya sabes...
Ayame se rió al ver como la baba salía de las comisuras de los labios de Naruto. Si que amaba el Ramen.
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Fin del capítulo.
Tobe continúe.